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La Región 10/10/2023

Rubén Mingroni presentó su libro “Un Ser Indispensable”

Trata las vivencias acompañando al querido médico rural a lo largo de su loable trabajo, regado de vocación y servicio. “Lo vi hacer de todo. De médico, de veterinario, de kinesiólogo, de bioquímico, y hasta de psicólogo y consejero”, resaltó.



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El doctor Rubén Mingroni presentó su libro “Un Ser Indispensable” en la vecina localidad de J. B. Molina. El lugar elegido fue el Centro de Jubilados en donde también se realizó una charla de prevención de accidentes en adultos mayores. La nueva obra literaria de Mingroni es una biografía sobre la vida y obra del Dr. Antonio Pendino, médico rural. 
“Un libro se escribe en la mente, se medita, se analiza, se borra y se vuelve a escribir. Luego las manos comienzan a moverse tan rápido que las teclas casi no se ven para luego plasmarse en un papel y desde allí hacerse eterno. El escritor tiene un don principal, y ese don no es el de escribir, sino el de viajar. Viajar sin boleto, y sin pesadas mochilas. Viajar en el tiempo, presenciando como testigo fiel, cada detalle, cada acción, cada momento y captarlo como capta una fotografía, un segundo, un instante”, expresó durante la presentación el autor del libro. En ese camino, comentó que con ese don comenzó un viaje que partió una tarde de agosto en un tren del ferrocarril Belgrano con destino a Cañada Rica. “Cerca, sin que note mi presencia, está ese ser indispensable, que lo identifiqué rápidamente por su caja de medicamentos, que lo acompañaba siempre. Tan cerca pero tan lejos pude percibir sus desafíos, sus dudas que rápidamente se convirtieron en certezas, sus conocimientos, dispuestos a ayudar, junto a su don de hombre de bien”, recordó. 
Narró, como lo hace en su libro, las vivencias que fue cosechando cada vez que se sumaba a sus viajes, “como esos caminos polvorientos que transitaba el Veloz, o subirme al sulqui de Don Donato, cómo cada mediodía nos dirigíamos a lo de Don Pedro Orecchia, y una olla gigante de arroz con pollo nos esperaba. Las tardes eran de visitas a domicilio, eran tardes de super acción”. 
Mingroni valoró que en ese tiempo “lo vi hacer de todo, de médico, de veterinario con un pura sangre de Don Vallespin, de kinesiólogo, de bioquímico, y hasta de psicólogo y consejero”.
“Te doy las gracias de haber viajado un rato por tu vida. Y quién dice que pronto nos embarquemos en otra historia. No quiero que esta quede en manos del viento, sí quiero que él la esparza con su máxima fuerza, para que llegue a muchas personas que conozcan esta vivencia y experiencia, en este pequeño lugar del mundo, en el interior del interior”, finalizó.