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Villa Constitución 15/12/2022

“La música forma parte de mí las 24 horas del día”

Apasionado de la música y en especial del tango y Astor Piazzolla. Docente, amante del bandoneón y director de su propia orquesta.



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MARCOS LLOPART visitó “RETRATO, en vivo” y dejó una jugosa charla que mantuvo con Marcelo Pellegrini el lunes desde las 21.15 y por Canal 4. El joven músico y docente, en pareja y padre de dos hijos, contó sus inicios en la música y la manera en que Astor Piazzolla le “abrió la cabeza” y decidió dedicarse de lleno al “arte de combinar y organizar los sonidos”. A partir de ese momento, tal cual lo afirma Marcos, vive y habla musicalmente durante todo el día y toda su vida. 

¿De dónde proviene el apellido Llopart, que no es tan común?
“Es catalán y fíjate que cosa casual o no… Una de mis hermanas, Constanza, que es profesora de Filosofía, entre otras cosas se puso a estudiar el idioma catalán en Rosario y descubrió que nuestro apellido significa ´Lobo del Arte´. Llo es lobo y part es arte y, te repito, por casualidad o designio vaya a saber de quién, todos nos volcamos al arte”.

¿Me intriga saber el motivo por el cual elegiste al bandoneón como tu instrumento?
“Ufff, bueno… cuando terminé la secundaria comencé a estudiar música, pero también me gustaba locución. Comencé con la guitarra en la UNR de San Nicolás y composición. En el año 1997 estaba en el coro que dirigía Jorge Menna y descubro el repertorio de Astor Piazzolla. Menna me da un casette que lo gasté y me voló los pelos, me impactó el sonido del bandoneón”.

¿Entonces?
“En el año 1999 Mario Corti vendía un bandoneón y yo ya comprendía la escritura de la música y se lo compré con ese impulso tanguero que fui escuchando en mi casa, además de Yupanqui, Zitarrosa y música popular y ciudadana. La cuestión que ya lo tenía en mis manos y lo primero que toqué cuando lo tuve fue Adiós Nonino”.

Decís que el bandoneón es tu hijo, pero tenés dos más verdaderos, jajaja
“Si, el bandoneón es como un hijo más y lo llevo a todos lados y lo cuido. Claro que tengo a Benicio que tiene poco más de 4 años y a Pía que tiene 13. Mi señora es Paula Ferreira. En cuanto a los chicos, quiero que el arte y la música si les llegan, que lleguen solos”.

¿Dónde viviste en tu infancia y a qué escuelas fuiste?
“Nuestra casa estaba en barrio Cardinali, con todas calles de tierra y a la escuela Belgrano íbamos caminando con mi hermana más grande. Recuerdo que cuando llovía nos llevábamos una bolsa de nylon para guardar los zapatos sucios y mojados. Cursábamos de tarde y mi viejo salía de la fábrica a las 17.30 y nos iba a buscar, al menos dos veces por semana”.

¿El secundario en cuál establecimiento fue?
“En la Normal, de donde tengo hermosos recuerdos y la mayoría de mis amigos de hoy en día. Nosotros le pusimos un nombre a la juntada que hacemos con ellos y se llama ´Doña Loncha´. Nos juntamos a ver los partidos, a comer cada semana, a pesar que yo no voy tanto porque la música me lleva a tocar o ensayar seguido”.

Yo creo que los músicos en general, no gustaban de las matemáticas o le resultaba difícil la materia. ¿Es tu caso?
“Fijate lo que me preguntás… A mí no me costaba, pero no era lo que más me gustaba y de hecho, una de las causas por la que me incliné por la música, es porque yo pensaba que no tenía matemáticas y es todo lo contrario, porque la matemática es inevitable en la vida”.

¿Te gusta cocinar?
“Me gusta mucho la comida de invierno. Me divierte cocinar en cacerola por muchas razones y una de ellas, que se puede controlar mejor y te da tiempo para otras cosas. Igual, intento superarme en cada comida que hago”.

¿Además de la música, de qué disfrutás?
“Me voy a poner medio poeta, pero disfruto del aire libre, las mañanas, las plazas y jugar con mi hijo que es chiquito. También del mate en contexto con la naturaleza”. 

¿A quién te hubiese gustado conocer?
“Con Alfredo Zitarrosa tengo un amor especial. Yo agarro la guitarra y solo me transporto hacia él, a sus canciones y hasta a su voz grave que es como mi timbre. Me emociona mucho y seguramente me hubiese merecido un encuentro con él”. 

¿Cambiarías algo de tu forma de ser?
“Por distintas razones o situaciones, a veces me ha tocado estar en el lugar de líder y, ahí, pequé de soberbio y le han dicho y he sabido admitirlo. Por eso, cuando lo vuelvo a hacer, me doy cuenta, lo asumo y trato de seguir cambiándola siempre”.