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Villa Constitución
Leticia Pieretti, una concejal sin ética
Leticia Pieretti ha deja demostrado que carece de ética
Leticia Pieretti ha deja demostrado que carece de ética, porque según el Código de Ética Pública, en su SECCION SEGUNDA, CAPITULO II, IMPEDIMENTOS FUNCIONALES, ARTICULO 41.-CONFLICTO DE INTERESES. “A fin de preservar la independencia de criterio y el principio de equidad, el funcionario público no puede mantener relaciones ni aceptar situaciones en cuyo contexto sus intereses personales, laborales, económicos o financieros pudieran estar en conflicto con el cumplimiento de los deberes y funciones a su cargo. Tampoco puede dirigir, administrar, asesorar, patrocinar, representar ni prestar servicios, remunerados o no, a personas que gestionen o exploten concesiones o privilegios o que sean proveedores del Estado”.
El código es clarísimo, la concejal Leticia Pieretti no podría ser empleada del grupo de medios El Sur (sea remunerada o no) porque ese grupo de medios es proveedor del estado Provincial y Municipal, con el agravante que la pauta publicitaria incluye al programa que ella conduce y produce. Es decir que la ciudadanía además de pagarle el sueldo a Pieretti y a su secretario, le paga una pauta publicitaria para que haga su programa, porque tiene publicidad de la Municipalidad y del Gobierno de Santa Fe a través de la Lotería (Quini 6).
Desde lo académico, Goodwin Eugene trata el tema con rigor irreprochable. Dice que no se puede ser al mismo tiempo funcionario público de una empresa o institución del Estado y periodista; son actividades que no se pueden mezclar. Si una persona es remunerada por una institución del Estado (Concejo Municipal) y, al mismo tiempo recibe un sueldo de un medio, ¿qué hacer? Lo recomendable sería que deje el medio… Esto es lo que exponen los académicos.
Esto deja claro el conflicto de intereses que tiene que ver con la función que cumple cada actor en la sociedad. La función del concejal es representar a los ciudadanos, controlar a los otros poderes del Estado, legislar en favor de esa comunidad que representa y dar respuestas, explicaciones y rendir cuentas como todo funcionario público. En contrapartida con esta función está la de los medios de comunicación, cuya premisa es informar, investigar, preguntar y observar el accionar de los funcionarios públicos (incluidos los concejales) y ponerlo a consideración de las audiencias de forma objetiva para que el receptor de la información saque sus propias conclusiones.
Estamos viendo una aberración doblemente grave porque, por un lado, Leticia Pieretti es quien debe dar respuestas a la sociedad, no quien debe hacer las preguntas, y por el otro lado, el medio de comunicación si quiere seguir teniendo a una conductora claramente militante de un partido político debería ser honesto con sus audiencias y decir que el programa es político y no de interés general como pretenden mostrarlo.
Ese grupo de medios pone a disposición de una concejal, no sabemos si en forma gratuita o rentada, una hora de televisión diaria para que haga campaña permanente.
En el país entero, todas las personas que trabajaban en los medios y fueron candidatos, renunciaron o tomaron licencia de sus empleos. Esto lo hicieron, Mirta Tundis, Alejandro Grandinetti, Débora Perez Volpin, Matías Tombolini, Anita Martínez, Amalia Granata, y muchos más… Obvio que lo hicieron por una cuestión ética.
Hasta donde pudimos averiguar el caso de Leticia Pieretti es único en Argentina, que un concejal sea conductor de un programa de interés general de emisión diaria en televisión no es normal.
¿Sabe por qué no hay casos como el de Leticia Pieretti? La respuesta es obvia: porque todos los que trabajaron en medios y se dedicaron a la política cumplieron con los principios éticos.
Hoy sentimos una indignación particular porque ese grupo de medios, tiempo atrás hizo una editorial nuevamente en contra de Elio Cabrera y nuestros medios, porque les llegó un trascendido que nosotros nos íbamos a hacer cargo de la Dirección de Prensa de la Municipalidad de Villa Constitución (nada más alejado de la realidad) motivo por el cual hicieron una solicitada, cuestionando fuertemente y haciendo notar la incompatibilidad de que un grupo de medios privados cumpla funciones en el Estado. Nosotros estuvimos y estamos de acuerdo con el concepto, la única diferencia es que esa editorial estaba basada en una mentira. Nunca hacemos lo que criticamos, a diferencia de Leticia Pieretti y el Grupo El Sur que hoy están haciendo lo que ayer criticaron.
¿Cómo puede hacer un supuesto programa de interés general y mostrar las problemáticas de la ciudad la misma persona que debe dar soluciones a esas problemáticas?
Ponemos como ejemplo la inseguridad, a los damnificados de Villa Don Carlos, o a un vecinalista, los va a invitar a su programa para entrevistarlos cuando en realidad debería ser al revés, la concejal debe dar respuestas desde el Estado, para eso fue electa, no es quien debe hacer las preguntas.
En economía hay un término que encuadra perfectamente en este caso y se llama Costo de Oportunidad y es aquello de lo que se priva o se renuncia cuando se hace una elección o se toma una decisión, en definitiva es optar por una cosa u otra (si me gasto los ahorros en un auto, no me voy de vacaciones) Pieretti al momento de ser candidata debería haber optado, pero su ambición de poder y su falta de ética la llevaron a este presente.
Imagínese que Elio deje de conducir el noticiero de las 20 y en su lugar lo haga un concejal o el intendente… Seguro que no le da la cabeza para imaginar semejante barbaridad… Ahora díganos ¿cuál es la diferencia de este ejemplo, con el programa “A la mesa” que conduce y produce Leticia Pieretti?
El martes en el programa Visión Global, pudimos ver que, ante la pregunta del conductor sobre este tema, los concejales invitados, no sentaron posición sobre cuestiones éticas. Tal vez, sea por el famoso dicho popular “el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”, tal vez sean varios los que tienen conflictos de intereses y éticos.
Está claro que no pueden sancionar ni penar a la Concejal Pieretti por cuestiones éticas, pero si pueden expresarse sobre el tema, sino, amparados en el mandato popular son libres de hacer cualquier barbaridad y escudados en el castigo a través del voto cada cuatro años defraudan al electorado. Nosotros no queremos esperar al castigo, queremos vivir en una ciudad que crezca a través de su legislación, con una dirigencia con valores para que su accionar derrame como ejemplo en la sociedad.
Creemos que la dirigencia no puede dejar pasar por alto este tipo de cuestiones porque si no hacemos hincapié en la ética de nuestros dirigentes, nuestra ciudad va hacia un callejón cada vez más oscuro y sin salida.
Es obvio que las normas éticas no son jurídicas, es decir que no son de cumplimiento obligatorio, la autorregulación o sanción que se impondrá queda a criterio del infractor y la sociedad entera podrá comprobar cuáles son los valores y la honestidad de esa persona.
Llamamos a la reflexión a Leticia Pieretti para que reconsidere su rol de conductora del supuesto programa de interés general para que de lugar a la honestidad que dice tener y revea su decisión anteponiendo los deberes de funcionaria pública a sus intereses particulares.
Esta editorial fue escrita con el objetivo de no dejar pasar por alto la debilidad institucional que vive hoy nuestra ciudad y dejar en evidencia cómo, ante la falta de exigencia de la sociedad, preocupada por temas urgentes, deja el camino llano para que los “vivos de siempre” hagan sus propios negocios y avancen sin importarles nada.
Para cerrar, le decimos que mientras usted ve cómo hace para pagar la luz, el gas y la comida, Leticia Pieretti y el resto de los concejales se olvidaron de hacer una ordenanza para congelarse los sueldos y van a tener que recibir un 18% de aumento, con lo cual ya saben que para fin de año van a tener un sueldo de unos $65.000 por mes.