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Villa Constitución
La Iglesia Maranata sigue consolidándose y abriendo sus puertas a la comunidad
Además de las reuniones generales de los domingos, la congregación ofrece encuentros más informales en casas de familia y actividades especiales para niños y jóvenes.
La Iglesia Maranata, parte de un ministerio con más de 60 años de trayectoria en la región y con sede central en Empalme, ha cumplido tres años de trabajo en Villa Constitución. Con una creciente asistencia de fieles, el pastor Miguel Duré anunció que la congregación ya está planificando una ampliación de sus instalaciones, ubicadas en Brown 1650, dado que el espacio actual ha quedado “un poco estrecho” para las cerca de 50 personas que asisten a las reuniones.
El objetivo principal de la iglesia, según su pastor, es que “otros conozcan a Jesús” a través de sus actividades. Las reuniones generales se llevan a cabo los domingos a las 19 horas y, como explicó Duré, son un espacio donde “damos testimonios y hacemos una fiesta compartiendo parte de la palabra de Dios”.
Además de las reuniones dominicales, la iglesia mantiene una labor que comenzó hace 15 años: las reuniones en casas de familia. María Lucci, explicó que estos encuentros, conocidos como “células”, son ideales para quienes se sienten más cómodos en un entorno informal. En estas reuniones, con un mate o un té de por medio se escucha la palabra de Dios en un ambiente “más desestructurado” y se pueden compartir vivencias personales. Actualmente, hay células de mujeres en calle Tierra del Fuego 880 y en Entre Ríos 464 (departamento 5), y una célula de varones los miércoles a las 19.30 en la sede de la iglesia.
La congregación también se enfoca en actividades para los más jóvenes. Lucci mencionó que trabajan mucho con niños y adolescentes durante todo el año, con un punto culminante en los campamentos anuales de verano, que se realizan en enero (adolescentes) y febrero (niños). Por otra parte, cada sábado a las 10 de la mañana, se lleva a cabo la “hora feliz”, un encuentro en el que los niños disfrutan de juegos, un desayuno y la palabra de Dios, “mientras tanto van aprendiendo a ir caminando por la vida en compañía de Jesús”, concluyó.