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Villa Constitución 04/10/2023

“De chica jugaba a vender y atender a la gente”

Después de cuatro décadas, disfruta su jubilación luego de trabajar en dos grandes comercios locales. Nacida en Villa, cursó sus estudios en la escuela Cristo Rey. Mamá de Sara y Lía y esposa de Ariel Sklate.



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ADRIANA VIASSOLO (60) trabajó más de 40 años en dos importantes comercios de nuestra ciudad. Fueron ellos “Nino Creaciones”, donde se inició y luego “La Casa del Peinador”, lugar que se transformó en su segunda casa y logró llegar a la ansiada jubilación.
Debido a su carisma e impronta para atender a los clientes, Adriana se convirtió rápidamente en una de las preferidas del público que invadió dichas firmas y, por eso, dejó una huella que será difícil de olvidar.
El lunes por la noche estuvo en “Retrato” para ser entrevistada por Marcelo Pellegrini. Allí, repasó su vida, su historia y formó parte de este reconocimiento que Canal 4 y Diario La Ciudad decidieron hacer en conjunto.

¿Recordás tus inicios? 
“Por supuesto, recién había terminado el colegio secundario e ingresé a trabajar a en la zapatería de Nino, en el local que tenía en la Galería San Martín. Ahí estuve 12 años, para después pasar a Salta y San Martín, donde también tenía una zapatería y después 29 años en la Casa del Peinador”.

¿Siempre en Villa?
“Con la perfumería arranqué en San Nicolás, estuve un mes para aprender un poco y después Moni (Mónica González, dueña del negocio) inauguró acá y ya me vine para siempre, hasta que me jubilé hace tres meses”.

¿Disfrutás esta nueva etapa o extrañás trabajar?
“Paso casi todos los días por el negocio para saludar a las chicas, pero la verdad, es que no extraño para nada el trabajo. Yo estaba un poco cansada de cumplir horario cortado y ahora puedo disponer de los mismos como se me da la gana. Yo me levantaba muy temprano todos los días y ahora, estoy muy dormilona, me quedo mucho en la cama, como que estoy recuperando el tiempo perdido, jajajaja… te cuento que los primeros días dormí hasta las 11.30 de la mañana!”.

Contame sobre tu familia
“Yo nací en Villa, pero mis padres eran de Armstrong y lo mandaron como jefe de correo a Bogado y ahí nacieron mis hermanos Norberto y Hugo, que me llevan 11 y 15 años. Mi papá se llamaba Hugo y mi mamá Delia”.

¿Cómo llegaron a nuestra ciudad?
“El hermano de mi papá ya estaba en Villa y tenía un kiosco. Lo siguió mi papá y después también mi hermano. Estaba ubicado en San Martín, cerca del banco Macro. Después pasó a otro lugar céntrico hasta que mi hermano ingresó a trabajar a la municipalidad y lo cerró”.

¿Es decir que toda tu infancia y estudios fueron en Villa? 
“Claro, yo ya nací acá. Cursé primaria y secundaria en la Cristo Rey junto con Carlitos Pellegrino, Germán Compagnucci, Claudia D´andrea, Silvia Perosa, Graciela Cerri, Miriam Delucía, José Luis Lecuona, Claudia Mauro, Marcela Cevasco y tantos otros compañeros que sigo viendo”.

¿No quisiste seguir los estudios terciarios?
“Yo quería ser maestra jardinera, pero ese año no se abrió la carrera y apenas terminé el secundario arranqué a trabajar de Nino, con 18 años cumplidos. Mi hermano lo habló a Nino sabiendo que iba a abrir un negocio. Fui un martes y el miércoles comencé a trabajar y el jueves me dio la llave del negocio de la galería y me dijo que me haga cargo. Siempre tuve buenos empleadores”.

¿Siempre te gustó ser vendedora y atender a la gente o lo fuiste queriendo con el tiempo?
“Viste que las nenas chiquitas juegan a la maestra, a la muñeca o a otros juegos más comunes; bueno, yo jugaba a vender. Recuerdo que mi papá tenía el kiosco y yo atendía, me metía con apenas 10 años”.

¿A qué barrio vinieron a vivir tus padres de Bogado, que fue tu primera vivienda?
“A barrio Malugani, que estaba cerca de la casa de Ariel, luego mi esposo. Después nos fuimos a calle Moreno al 1.700, entre San Juan y Santiago del Estero hasta que me casé”. 

Por supuesto que atendiste miles de clientes en la Casa del Peinador, donde estuviste tres décadas. ¿Te acordás de las primeras?
“Claro que sí. En San Nicolás, la primera fue Ester Bargues, que trabaja en ANSES en Villa Constitución y le vendí un esmalte marca Chismara. Y acá en nuestra ciudad, la primera fue Clarisa Billi que compró un bronceador”. 

¿Practicaste de chica alguna actividad física?
“Jugaba al vóley, pero en la escuela. Mi mamá no me mandaba a hacer deporte a los clubes, viste que eran otras épocas y mi mamá fue muy sobreprotectora, yo era la única hija y muy chiquita, porque mi mamá me tuvo de grande. Quizás tenía miedo y me cuidaba mucho. Después ya de más grande, siempre fui al gimnasio”. 

¿Ahora jubilada disfrutás aún más de los pequeños placeres?
“Sí, porque ya no tengo que cumplir horario ni levantarme temprano. Por ejemplo, con las comidas. Me gustan las pastas rellenas, me gusta tomar vino, preferentemente el blanco, pero también algún aperitivo antes. Y si elijo un postre, me gusta el borracho. Además, puedo quedarme hasta más tarde mirando tele y también disfrutar o hacer algún viaje con mi marido”.