NOTICIAS


NOTICIAS


Villa Constitución 26/07/2023

“Quiero que los espacios públicos vuelvan a ser seguros”

De dilatada e importante trayectoria en la Prefectura Naval, desde el municipio trabaja con la premisa de devolverles a los ciudadanos, la tranquilidad “que gozábamos antes”.



  • COMPARTIR

PAULO BALDINI (51) es director de Prevención y Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Villa Constitución desde casi un año. Además de tamaña función, cumplió servicio en la Prefectura Naval, siendo, entre otros cargos, jefe de la dependencia de nuestra ciudad en el año 2014.
Criado en barrio Amelong, futbolista, hincha de Rosario Central, amante del deporte, el agua y el río, dejó sus pensamientos, ideas e historia en el programa “RETRATO”, que conduce cada lunes por Canal 4, el periodista Marcelo Pellegrini.

¿Cuántos tenía cuándo te tocó comandar la prefectura local?
“43 años, fue un desafío y un sueño, porque era llegar al lugar que me vio crecer, con mi gente, mi familia, mis recuerdos. Yo era muy joven, pero por suerte tuve una carrera acorde a las exigencias de la institución, en tiempo y forma, y por eso pude estar en la ciudad. Soy un agradecido de lo que me dio la institución y la fuerza”.

¿Naciste en Villa Constitución?
“El 6 de diciembre de 1971 en Rosario, porque mis padres vivían allí y yo llegué a Villa, con mi familia a los 6 años, por cuestiones laborales de mi papá Jorge, que era de Rosario y mi mamá, Berta Lidia Cejas, de Santa Elena, Entre Ríos”.

Tu padre fue una persona muy conocida
“El era hiperactivo para Villa Constitución y, lamentablemente, falleció a los 63 años producto de una enfermedad. Comenzó trabajando en Acindar, después en la municipalidad durante mucho tiempo, en la Juta Nacional de Granos y por último, tenía unos remises con mi hermana, lo que le permitía estar en cada lugar de la ciudad y compartir cada momento con la gente”.

Me contaste que tu mamá vive. ¿Cómo se lleva con tu función municipal?
“Ella vive cerca de mi oficina, así que cada vez que sale a hacer algún mandado pasa a saludarme y es ahí cuando me pasa las novedades. Ella mira las redes y me pasa el parte, me dice si me critican, si me defienden, me pide que me cuide y esas cosas”.

¿Tu familia sufre por tu tarea?
“Voy a serte sincero. Cuando decido este desafío nuevo, tanto mi mamá como mi mujer, tenían esa limitación y hoy no sé si lo sufren, quizás no lo disfrutan, pero sí me acompañan un montón”.

¿Comenzaste la escuela en Rosario?
“Tengo el recuerdo de la primaria hasta segundo grado de haber ido allá. Vivíamos en zona oeste, en las Cuatro Plazas, hasta que nos vinimos a Villa porque mi papá ingresó a Acindar”.

¿Dónde se radicaron?
“En barrio Ré alquilamos una casa y después, con un crédito del Banco Hipotecario, compramos una casa en Amelong. Nos fuimos con mis padres, yo que soy el mayor, mi hermano Sebastián que es camionero, mi hermana María Alejandra que trabaja en las escuelas como ecónoma y la más chica que es docente”.

¿Entonces fuiste a la escuela Vuelta de Obligado?
“Fue a la primera que fui en Villa. Después, cuando nos fuimos de barrio Ré, terminé la primaria en la Belgrano, para luego comenzar la Comercial”.

Eras un alumno…
“Rebelde, siempre con quejas hacia mis padres. No me costaba estudiar, pero siempre tenía la iniciativa de la travesura, con algunos ´socios´. Recuerdo una anécdota donde yo me había llevado varias materias y hasta ingresé a la Escuela de Oficiales en Zárate con una previa, que era el único requisito que tenía al límite para no poder seguir. La cuestión es que el director de la Comercial, Juncos, llamó a mi mamá después de una travesura que me mandé y le dijo que yo no tenía pasta para ir a una escuela de formación militar. Y ese fue el desafío más grande que tuve, demostrarles a todas las personas que yo podía cambiar”.

¿Siempre te atraparon los deportes?
“Es que de chico no teníamos muchas otras cosas para hacer, además de estudiar. Nos juntábamos con amigos y pateábamos la pelota todo el día. También, nos anotábamos en todos los deportes de moda, como, por ejemplo, el vóley en Riberas, en el Náutico y esas cosas hermosas de disfrutar de la calle, como jugar a la bolita, a las figuritas, la bicicleta, los kartings a rulemanes”. 

Qué paradójico. Hablamos de disfrutar de la calle, justo ahora que tanto peligro conlleva y con vos a cargo de la seguridad ciudadana. ¿Notás ese cambio en la sociedad?
“Completamente. Quizás los jóvenes y los padres tengan ese miedo que nosotros no teníamos a su edad. Salíamos a cualquier hora sabiendo que a algún amigo íbamos a encontrar. Hoy, eso no sucede y desde mi función, tengo la premisa de recuperar los espacios públicos y hacerlos seguros como antes”.