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Villa Constitución 28/06/2023

“Volvería a elegir mi trabajo una vez más”

Una vida al servicio de la población. Al frente de ANSES por décadas, llevó a una pequeña entidad a ser una de las más importantes de la región.



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ESTER BARGUES es una persona muy conocida en Villa Constitución, debido a su impecable trabajo dirigiendo ANSES. Comenzó hace más de cuatro décadas en una muy chiquita oficina, “era una especie de garage o habitación”, recordó la protagonista, para luego de un trabajo de hormiga y dialogando “con quien se pusiera adelante”, pudo ir mejorando el lugar hasta tener una entidad modelo en nuestra ciudad.
Invitada al programa “RETRATO”, conducido por Marcelo Pellegrini (lunes 21.15, Canal 4 y Facebook Diario La Ciudad; relató parte de su rica historia.


¿Cuánto tiempo exacto dentro de la institución?
“Son 45 años, desde el 17 de abril de 1.978, cuando se estaba preparando el Mundial de Fútbol en nuestro país. Se llamaba Dirección Nacional de Recaudación Previsional, dependiente del Ministerio de Trabajo”.

¿Te iniciaste en Villa?
“Comencé en San Nicolás, porque con mi hermana vimos un aviso donde necesitaban personal y decidimos presentarnos. Estuvimos en Buenos Aires para capacitarnos. Yo era una adolescente, porque había terminado la secundaria semanas antes de anotarnos ahí”.

¿Cuántas personas fueron, cómo se costeaban la estadía y qué tiempo estuvieron?
“Fueron dos meses que vivimos muy cerquita del obelisco. Desde el gobierno nos pagaban un sueldo por esa capacitación y nosotras nos pagábamos el hotel. Éramos doce chicas que todas las mañanas íbamos al Café Tortoni a tomar el café o desayunar. Imaginate que yo terminé quinto año y me fui a la Capital Federal, fue una experiencia muy enriquecedora”.

¿Cómo siguió la historia?
“Me mandaron dos meses más a La Plata y allá, seguimos trabajando y formándonos. Claro que al poco tiempo, nuestros padres que eran de San Nicolás u otras ciudades lejanas, comenzaron a quejarse por la distancia. Nosotras estábamos en la gloria, íbamos y veníamos en tren, la pasábamos genial”.

Pero se vinieron…
“Puedo decir con orgullo que fui la fundadora de ANSES San Nicolás, en ese año 1.978. No teníamos edificio ni estructura, entonces íbamos para otro lado hasta terminar en barrio SOMISA. Al tiempo, nos mudamos a Savio y Moreno, siendo una oficina normal”.

¿Vos naciste en San Nicolás?
“Yo nací en la ciudad de General Rojo, jajajaja… Estuve en ese pueblo hasta los 17 años, cuando terminé la escuela. Yo amo Rojo, era un pueblo muy chiquito, pero mi infancia fue hermosa”.

¿Tus padres a que se dedicaban?
“Mi papá toda la vida fue albañil y mi mamá, modista. No nos faltaba nada y la pasábamos muy bien. En la adolescencia íbamos a los bailes de Conesa, Erézcano, Guerrico en TIRSA o algún padre que nos llevaba a todas. Igual, no existía peligro y andábamos muy tranquilas por la calle”.

Culminaste la secundaria y a los pocos meses, ingresaste a trabajar. ¿Querías estudiar alguna carrera universitaria?
“Quería ser arquitecta. Yo creo que por verlo a mi papá todos los días con los planos, fui amando esa profesión. Pero mi papá fue bastante coherente y me dijo que no podía pagarme los estudios en Rosario. Entonces pensé en estudiar en San Nicolás y me gustaba mucho lo que tenía que ver con Matemáticas, pero finalmente, empecé a trabajar”.

¿No estás cansada de ir cada mañana a la oficina después de tantísimos años?
“Es parte de mi vida, lo sigo disfrutando. Siempre me gustó lo que hice y lo volvería a elegir”. 

¿Cómo llegaste a Villa Constitución?
“Había una oficina unipersonal que dependía de Rosario. Yo había pedido el traslado, pero estaba ocupado ese lugar. De todas maneras, se necesitaban más empleados, pero no lo aceptaban. Justo se da que la persona que estaba al frente de la oficinita de Villa deja su espacio y me avisa una compañera que me presente. Lo hice y me dieron cabida. Estuve sola en la oficina desde 1.987 a 1.981, donde ingresaron dos personas”. 

¿Eran años dónde no había computadora?
“Claro, así que hacíamos todo por planilla, bolsín, venía el cartero que lo llevaba a Rosario. Allí se chequeaba, me lo devolvían y volvíamos a citar a las personas. Lo que ahora se hace en dos minutos, antes llevaba días o semanas”.

¿Vos lograste que la institución se agrandara y mejorara sus servicios?
“Yo le saqué una foto a nuestra muy pésima oficinita y me iba a todos lados para mostrarla. Buscaba un lugar digno para nosotros y para la gente, hasta que en un evento, pude dar con el Director Ejecutivo y explicarle nuestra situación. Esa fue la única manera y, por suerte, pudimos lograrlo; muy de a poco, pero ahora somos lo que somos”.