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Villa Constitución 25/04/2023

Sin tiempo para el aburrimiento

Aunque ahora se la puede observar más tranquila afianzada en el Concejo municipal, su historia es completamente diferente, saltando de ciudad en ciudad.



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GRISELDA CAFFARATTI (50) nació en San Cristóbal, al norte de la provincia de Santa Fe y a partir de allí, comenzó un derrotero por distintas ciudades, provincias y hasta fuera de la Argentina. Finalmente, recaló en Villa Constitución, donde decidió echar raíces, formar una familia junto a Guillermo Risso y criar a sus hijos Santiago (17) y Lucas (12).
Se desempeña desde hace más de 20 años en el Honorable Concejo Municipal, teniendo una vida política activa dentro de la ciudad y conociendo como nadie la vida del poder Legislativo, sus internas y desarrollo. 
Invitada al programa “RETRATO”, que se emite desde las 21.15 por Canal 4 y a Facebook de Diario La Ciudad, extractamos parte de la charla con Marcelo Pellegrini.

Naciste a unos 430 kilómetros de Villa. ¿Volvés, tenés familiares en San Cristóbal?
“Tengo a mis tíos, a mis primos y amistades de la escuela primaria y secundaria. Antes iba más seguido, pero mi papá falleció muy joven y entonces, mi mamá está en Villa y viajamos con menos frecuencia. Mi papá se llamaba Rubén y mi mamá se llama María Rosa Dutruel”.

¿A qué edad falleció tu papá?
“A los 51 años, de repente, porque no estaba enfermo. Fue un golpe fuerte para todos, al cual debimos reponernos rápido, yo tenía poco más de 20 años”.

¿Estaban viviendo en San Cristóbal?
“No en ese momento. Mirá, mi vida fue así, jajaja, te cuento… Nací en San Cristóbal e hice la escuela en dicha ciudad, que tiene unos 18.000 habitantes y es cabecera de departamento. Pasa que los que terminan el secundario y quieren estudiar, se tienen que ir a otro lado y casi nadie vuelve. Se estila ir a estudiar a Córdoba, porque teníamos una conexión directa en colectivo, cosa que no sucedía con Rosario”.

¿Vos te fuiste a Córdoba?
“Mi hermana ya estaba ahí estudiando farmacia, así que fue más fácil. Igual, mi papá siempre fue muy inquieto y con una visión diferente, como que estaba un paso delante de los demás y eso hizo que fuéramos y viniéramos”.

¿Terminaste de estudiar en Córdoba y qué pasó luego?
“Me recibí de psicopedagoga, pero en el medio, mis padres se mudaron a Rafaela. Viví allí tres años. De ahí nos fuimos a Santa Fe por los negocios o trabajos de mi papá. Él había empezado con el campo y a esa altura había cambiado varios rubros. Estando en Santa Fe, estaba con el tema de la televisión por cable y surge una sociedad para hacer negocio en Venezuela”.

¿También viviste en Venezuela?
“Antes de llegar a Villa Constitución estuve allá, porque mi papá iba y venía, pero muere y entonces, como que tuve que hacerme cargo de ese negocio de la televisión por cable en ese país”.

¿Eran los inicios de la televisión por cable?
“Claro, porque estamos hablando del año 1996 y recién en Venezuela se estaban otorgando las licencias para instalar canales de ese modo. Me fui a vivir a El Tigre, que queda cerca de Puerto La Cruz, a unos 500 kilómetros de Caracas”.

¿Trabajaste allá?
“Hice de todo un poco, relacionado con la televisión por cable. Íbamos a vender la compañía y las empresas más grandes te pagaban por abonado, así que fui para allá con la intención de tener más abonados. Hicimos de todo”.

¿Fueron ustedes una familia de qué clase social?
“Clase media de trabajadores, con la salvedad que mi papá era muy inquieto y trataba de hacer de todo. Cuando mi papá muere, en ese momento tenía con otros socios, una estación de servicio en Santa Fe y, ya estando fallecido, me llaman de San Nicolás para decirme que le habían aprobado a mi papá, una carpeta que contenía el proyecto de la Revisión Técnica Vehicular. Fijate que estoy hablando del año 1997 y él ya estaba intentando instalar esa idea”. 

¿A qué edad y cómo fue tu llegada a Villa Constitución?
“Vine a los 28 años con mi hermana Stella y mi mamá, porque sus hermanos son nicoleños. Llegamos un 3 de febrero a la siesta sin saber que nos depararía esta ciudad. La primera impresión fue fea porque no había un alma en la calle, pero después, le agarramos la mano a la ciudad”. 

¿Qué hiciste esos primeros días, saliste a buscar trabajo?
“Otra de las razones que nos trajeron acá es que mi hermana había comprado una farmacia en San Martín y Avenida del Trabajo, así que al principio yo le ayudaba. Mi familia siempre fue militante en política, así que enseguida nos sumamos a ese espacio en la ciudad. Conozco a Germán Giacomino, comencé a trabajar con él e ingresé al Concejo”.