NOTICIAS


NOTICIAS


Villa Constitución 04/05/2021

La importancia de las emociones… en los niños

Quiénes desarrollaron sus habilidades emocionales, suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad.



  • COMPARTIR

Por Nadia Horst 

Profesora en Ciencias de la Educación,

especializada en Problemas de Aprendizajes.

 

Quienes no controlan su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de trabajo y les impiden pensar con suficiente claridad.  

La familia, su vínculo primario, debe incentivar, a que el/la niño/a sea capaz de sacar a la luz sus sentires. Los límites también son importantes, pero siempre hablados con respeto y con el compromiso de que cada uno se lleve a cabo.

Muchas veces los mismos se solucionan con gritos y esto no hace que el niño/a entienda, sino que cada vez acumulan más sensaciones que obstaculizan su desarrollo emocional y lo transmiten a través de contestaciones, gritos, agresiones, inhibiciones, dolores físicos, etc.

Debemos considerar, que cuando un sentimiento no es puesto “sobre la mesa”, hace que se produzcan enfermedades de diferente índole. El niño/a se debe manejar en un ambiente positivo donde en lo posible reine la tranquilidad y la contención.

Al igual que las emociones básicas que trae el niño/a al nacer, también están las secundarias: vergüenza, culpa, orgullo, entusiasmo, satisfacción, desprecio, complacencia y placer. Ellas aparecen cuando el infante se comienza a sociabilizar.

El segundo vínculo es la escuela, quienes tienen la responsabilidad (el docente) de saber observar sus emociones e indagar sobre las mismas, ya que la educación no es sólo lo académico. Se trata de organizar una escucha activa, lo cual significa el prestar atención y no invadir con contenidos conceptuales. Cada alumno/a presenta cuestiones de su vida que deben manifestar, ya que no se debe desestimar que somos sujetos bio – psico – social, lo cual se traduce en una simple frase: “Lo que calla la boca, se manifiesta en el cuerpo.”

La escuela es la encargada de despertar la curiosidad de los estudiantes y fomentar la creatividad y el pensamiento innovador. Con lo cual se lograría la autonomía personal, la empatía (el ponerse en el lugar del otro) y la resiliencia (la capacidad de superar circunstancias traumáticas) para un bienestar social.

Entre todos debemos luchar, por nuestros niños/as para que logren tener autoestima, creer en ellos. Es importante que sepan expresarse y hablar cuando sea necesario. Es un compromiso de nuestra sociedad, que nuestros sucesores opinen y se arriesguen a cambiar esta sociedad.