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Villa Constitución 08/02/2025

“Agradezco a la vida la impronta pujante que me dejó mi mamá”

La reconocida comerciante de nuestra ciudad recordó los inicios de una familia que siempre apostó a Villa Constitución, primero con un bazar y luego con La Nona, con décadas de trayectoria. “El local se logró con mucho esfuerzo y es mi mayor orgullo”, dijo.



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Mirta Bíscaro, titular de La Nona Boutique, lleva consigo una vida dedicada al comercio desde muy chica viendo a sus padres crecer con sus locales. “Papá tenía el bazar y mamá me llevaba. Yo aprendí de ella. Era muy pequeñita y ya quería atender a la gente”, recuerda y entabla un relato muy profundo recordando a su madre. “Mamá empezó su negocio en el garaje de su casa, en barrio San Martín en calle 23 de Septiembre. Cuando se fue ampliando se cruzó al lugar en donde hay hoy una panadería. Fue quedando chico y se trasladó a San Martín y Avenida del Trabajo. Ahí fue a dónde empecé a acompañar, primero ayudando y después ya me quedé en el negocio. Siempre agradezco a la vida el esfuerzo y la impronta tan pujante que me dejó mi mamá que era una guerrera total y una comerciante innata”, dice.
Tiempo después puso todo su esmero para tener su propio espacio planeando cada detalle. “El local se logró con mucho esfuerzo, con el acompañamiento de mí esposo, de la familia y la verdad es que es mi mayor orgullo”, expresa y aclara “es un local que hice a mí gusto, hace 17 años que funcionamos ahí”. 
La Nona es el nombre que eligió su madre para el negocio hace ya casi 60 años. Mirta siempre supo que debía mantenerlo. “Lo mantuvimos porque es el nombre elegido en su momento por mis sobrinos, y aunque tuviera el negocio nuevo con otra impronta edilicia no podía quitarle ese nombre, es una marca registrada”, dice. Hoy conocemos un poco más de la vida de Mirta Bíscaro. 

¿Dónde y cuándo naciste?
En San Nicolás, el 3 de diciembre de 1946. De pequeña mis padres se vinieron a Villa Constitución así que toda la infancia la pasé acá. 

¿Cómo está compuesta la familia? 
Inicialmente papá, mamá y dos hermanos mayores. Y mis cuatro hijos, María Eugenia y María Ángeles, las mellizas. Miguel Ángel y María Laura. Lamentablemente perdí a mi compañero de vida en una situación difícil. Mis hijos son pilares fundamentales en mi vida. No concibo nada sin mi familia, eso es fundamental. 

¿Cuándo te descubriste como comerciante?
Creo que desde chica. Mis papás empezaron con la historia comercial en el año ‘50 cuando pusieron su bazar en San Martín y Salta. Después mi mamá empezó lo que es hoy La Nona en el garaje de su casa. 

¿Siempre te dedicaste al comercio?
No. Me fui de Villa. Trabajé en un estudio jurídico, en una empresa de transporte, en el sanatorio de la UOM de San Nicolás. Luego cuando mis papás por cuestiones de salud me requirieron volví. Primero puse con una hermana de alma un negocio de bijouterie y luego empecé a acompañarla a mi mamá. Me quedé con ella en el negocio y no abandoné más el barco. 

¿Era esto lo que imaginabas lograr en tu vida?
Logré muchas cosas, pero no sola. No lo hubiera logrado sin el apoyo de mi marido que fue un pilar fundamental en todo esto. Tuvo un costo igual, dejar a los hijos, no participar mucho en la crianza. Porque a veces para lograr algunas cosas hay que sacrificar otras. Entonces si pudiera volver el tiempo atrás algunas cosas cambiaría. En el momento no te das cuenta, pero se llega a un punto en donde te decís qué pena, esto lo hubiera hecho diferente.

¿Sueños por cumplir?
En lo personal he tenido una buena vida. Quiero ver a mis hijos realizados. Y ojalá la vida me permita ver también a mis nietos realizados.