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Villa Constitución
“Hay que celebrar la vida”
A días de comenzar su jubilación el profe de Educación Física, que estuvo en la dirección del CEF durante los últimos 9 años; contó sus sensaciones ante este nuevo comienzo.
Marcial Cochero (59), es nuestro personaje elegido esta semana. Profesor de Educación Física, los últimos años de su carrera los transitó como director del Centro de Educación Física N° 26 “Chaná Timbú” con una activa presencia en cada una de las instituciones educativas.
Un dato de color es que el día que nos concedió esta entrevista fue el último como profesor. Con tranquilidad y predisposición nos contó sobre su vida, su infancia, su familia… Pero cuando consultamos sobre su jubilación su voz se entrecortó y la emoción se apoderó de él dando cuenta de un sentimiento genuino al vivir un momento que por un lado es positivo, pero sin dudas también nostálgico.
“Son sentimientos muy encontrados, por un lado tengo ganas de irme porque estoy cansado después de 37 años y casi 5 meses creo que me lo merezco, y creo que hay que dejar lugar a la gente joven. Pero a la par amo mi profesión, siempre trato de brindar y transmitir todo lo que fui aprendiendo en el Profesorado y a lo largo de mi vida. Y agradezco porque las devoluciones de colegas y de alumnos es lo que me llevo en el corazón”, dijo.
“Uno hace un racconto de todo lo que he pasado y la verdad es que estoy agradecido a la profesión y a la vida. Obviamente también de mi familia que siempre me apoyó y con cada uno de los alumnos, de todos guardo los más lindos recuerdos; y por supuesto con las instituciones en donde he transitado mi vida”, agregó. Hoy conocemos un poco más del profe Marcial Cochero.
¿Dónde y cuándo naciste?
En Villa Constitución, el 23 de julio de 1965. En ese momento mi papá trabajaba en fábrica y mi mamá era ama de casa. A medida que fueron transcurriendo los años fueron poniendo un negocio de artículos de repostería y panadería que tuvo 50 años de vigencia. Cuando mi papá falleció en 1981 lo continuó mi mamá y estuvo siempre al pie del cañón.
¿En qué zona te criaste?
A media cuadra de la escuela Normal, en calle Córdoba. En ese momento era todo de tierra, esa calle y Colón también. Tuve una infancia muy linda allí, con muchos recuerdos. Después por cuestiones de trabajo de mi papá nos fuimos a Dorrego al 1200.
¿Cuál es el primer recuerdo que se te viene a la mente?
Jugábamos en la calle, saltábamos el tapial de la escuela Normal para ir a jugar a la pelota. Vivíamos en la calle porque ese lugar era muy tranquilo. Tengo presentes los llamados de mi papá o mi mamá para ir a comer.
¿Cómo está compuesta tu familia?
Mi señora María Carla que es docente de Nivel Inicial, mi hijo que estudia la licenciatura en Turismo y mi hija que estudia la tecnicatura en gestión y organización de empresas en el ISPEL.
¿Dónde estudiaste?
La escuela primaria en la Normal, y la secundaria en la 208 “Juan Bautista Alberdi”.
¿Y luego te abocaste de lleno al profesorado?
En el año ’82 que fue el último de la secundaria, hice un test vocacional y me salió toda la parte relacionada a la medicina. Me gustaba la Educación Física y seguí mis estudios de profe en el Instituto Mariano Grandoli de Granadero Baigorria. Vivía en Rosario de lunes a viernes. Los viernes no veía la hora de llegar a Villa porque extrañaba mucho.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Me recibí en noviembre del ’86. Hice dos reemplazos en el Centro de Educación Física y después quedé durante 19 años con interinatos y titularización en la escuela Prefectura Naval Argentina. Y durante esos 19 años trabajé también 5 años en la escuela Cristo Rey secundaria, en la escuela Tomás Guido, Nicasio Oroño, María F. de Carbonell, además de algunos reemplazos en muchas otras instituciones también. Después de esos 19 años tuve la oportunidad de trasladarme al Centro de Educación Física como maestro y por cuestiones de la vida estoy desde el año 2015 como director, con un grupo de docentes y personas muy lindo.
¿Ahora qué etapa se viene en tu vida?
Creo que lo primero es descansar. Y desde enero, cuando llegue realmente la parte pasiva, Dios dirá.
¿Tenés pasiones o pasatiempos?
En lo personal no. Lo que sí me pasa es que hasta el último día siempre estuve pensando en hacer cosas para los chicos. Si venían con alguna propuesta, lo organizábamos. Siempre pensé en que los chicos pudieran disfrutar de esos momentos distintos, de crear esos recuerdos lindos. Muchas veces con cansancio, siempre prioricé a los alumnos y después pensé en mí. Siempre quise que ellos pudieran disfrutar de los buenos momentos.
¿Cómo definirías a Marcial Cochero?
Es muy difícil. Puedo decir lo que escucho, pero me da mucha vergüenza hablar de mí. Creo que he sido un buen profe, un buen compañero, y me parece que he sido una buena persona.